24
MADRID, 19 de septiembre (EUROPA PRESS) –
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha admitido este jueves que la “nueva etapa” de la guerra en el norte del país contra Hezbolá, la milicia chií libanesa, puede ofrecer “oportunidades significativas” pero también “grandes riesgos” para los intereses israelíes.
“Hezbolá se siente acorralado y la secuencia de nuestras operaciones militares continuará”, afirmó el ministro de Defensa israelí durante una reunión con altos mandos del Ejército y otros funcionarios de seguridad, según informaciones recogidas por el diario local ‘The Times of Israel’.
En este sentido, Gallant subrayó que el principal objetivo de las operaciones israelíes es permitir que los civiles evacuados del norte debido a los constantes ataques de Hezbolá puedan regresar cuanto antes “sanos y salvos a sus hogares”.
“Con el paso del tiempo, Hezbolá pagará un precio cada vez más alto”, aseguró el ministro de Defensa, destacando además que el Ejército es capaz de llevar a cabo esta operación de manera simultánea con la campaña militar en la Franja de Gaza.
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) lanzó a principios de octubre una serie de ataques contra territorio israelí que resultaron en casi 1.200 muertos y más de 240 rehenes, desencadenando una contundente respuesta por parte de Israel, que rápidamente inició una campaña militar en la Franja de Gaza que ha dejado más de 41.200 muertos hasta ahora.
Después de casi un año de guerra, se estima que todavía hay alrededor de un centenar de rehenes en la Franja de Gaza –cuya situación vital se desconoce–, mientras Israel continúa con sus ataques para desmantelar a Hamás en el enclave palestino.
Los constantes ataques contra la población palestina han provocado respuestas de otros actores regionales, como Hezbolá o los hutíes de Yemen –ambos respaldados por Irán– que han realizado ataques contra el territorio israelí y bloquean los intereses comerciales israelíes en el Mar Rojo, respectivamente.
En particular, Hezbolá ha lanzado sucesivos ataques contra localidades del norte de Israel desde la frontera sur del Líbano, lo que ha llevado a la evacuación de miles de civiles en esa zona. Israel afirma haber iniciado una “nueva etapa” de la guerra en el norte para lograr restablecer la seguridad en la región.