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MADRID, 20 de junio. (EUROPA PRESS) –
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, atribuyó el miércoles la situación actual de violencia en el departamento de Cauca al hecho de que sus predecesores “hicieron trizas” el Acuerdo de Paz de La Habana firmado en 2016 con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin a un conflicto que ya dura décadas.
“(El acuerdo) está hecho trizas. Es la realidad. (…) Si un Estado hace trizas un acuerdo de paz, lo que sigue es la violencia y es lo que ustedes están viendo en Cauca”, expresó Petro, según informó el canal de televisión Noticias Caracol.
En este sentido, aseguró que sus predecesores fueron responsables de “hacer trizas” el documento al incumplir e incluso contradecir lo acordado con la guerrilla, como el gasto de “80 billones de pesos colombianos (aproximadamente 18.000 millones de euros) en obras públicas” en “negocios del gran capital”, en lugar de destinarlos a programas de desarrollo territoriales.
Petro también destacó que la reforma agraria impulsada por su Gobierno es una forma de cumplir con las tres millones de hectáreas que debían distribuirse como resultado de los mencionados acuerdos.
“Entre el Gobierno de (Juan Manuel) Santos y el de (Iván) Duque se entregaron 17.000 hectáreas de tres millones. Claro, luego viene ‘Petro entregue los tres millones’. Vamos en 86.000 realmente entregadas y compradas voluntariamente”, explicó.
En la misma línea, Petro defendió que esta reforma consiste en “cambiar la posesión de la tierra de aquellos que tienen mucha, incluso de forma improductiva, a aquellos que no tienen tierra”, y que se trata de una forma de construir “justicia social en el campo” para dar capacidad de productividad, riqueza y poder a los campesinos.
“Estamos a un mes de ir a Nueva York a decir si se ha cumplido o no el acuerdo de paz, que jurídicamente es una declaración unilateral del Estado, es decir, un compromiso de Colombia ante la humanidad vinculante”, añadió.
Las declaraciones de Petro llegan en un momento en que los departamentos de Valle del Cauca, Cauca y Nariño se encuentran en un estado de alto el fuego suspendido después de que el Gobierno decidiera interrumpirlo a raíz de una serie de ataques de la disidencia del Estado Mayor Central (EMC) de las FARC contra comunidades indígenas. Desde entonces, se han producido numerosos enfrentamientos y atentados en la región, provocando tanto la muerte de guerrilleros como de civiles e incluso miembros de las fuerzas de seguridad colombianas.
Cabe destacar que el Gobierno de Petro ya ha iniciado tres procesos de paz diferentes, aunque las negociaciones se encuentran en diferentes fases. La Mesa de Diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) lleva meses avanzando y recientemente se han incluido grupos de la sociedad civil en los diálogos. El diálogo con el EMC está congelado debido a los actuales enfrentamientos en las regiones mencionadas. Las negociaciones con la disidencia de la Segunda Marquetalia de las FARC, liderada por el histórico guerrillero ‘Iván Márquez, tendrán su primera ronda a partir del 24 de junio en Venezuela.