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MADRID, 10 de junio (EUROPA PRESS) –
Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional de ultraderecha, ha confirmado este lunes que si su partido gana las elecciones legislativas, será Jordan Bardella, cabeza de lista para las europeas, quien ocupará el cargo de primer ministro.
“Siempre les he dicho a los franceses que hemos estado trabajando como un equipo ejecutivo desde hace meses con el objetivo de desempeñar de la mejor manera posible las funciones que los franceses nos encomendarían: yo hacia la Presidencia de la República y él como primer ministro”, afirmó durante una entrevista con la cadena TF1.
Le Pen también anunció que será candidata en las legislativas y que si la Agrupación Nacional gana las elecciones, llevarán a cabo las medidas propuestas en su programa electoral, centradas en seguridad, migración y economía.
“Creo que tenemos una oportunidad histórica de permitir que el sector nacional vuelva a dirigir Francia. Para lograrlo, debemos ser capaces de reunirnos y abrirnos a todos, de buena voluntad, aquellos patriotas en desacuerdo con Emmanuel Macron para construir una mayoría estable”, señaló.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el domingo la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones tras la difusión de los primeros sondeos a pie de urna, que ya anticipaban una noche difícil para su movimiento político.
La victoria de la Agrupación Nacional, con 30 eurodiputados, y el adelanto de las elecciones han obligado a todos los partidos a reaccionar en Francia. Los partidos aliados de Macron cuentan actualmente con una mayoría simple en la Cámara Baja y, a juzgar por los resultados de las europeas, parece difícil que puedan ampliar su margen de maniobra.
Las próximas elecciones presidenciales no están programadas hasta 2027, un calendario que se mantiene por ahora. La pérdida de la mayoría en la Asamblea Nacional no implicaría necesariamente la renuncia de Macron, pero el presidente podría verse obligado a una ‘cohabitación’.
En Francia, se conoce como ‘cohabitación’ a la convivencia forzosa entre el presidente y un Gobierno de diferente signo político. Ha ocurrido en tres ocasiones durante la V República, la última de ellas entre 1997 y 2002.