Un informante de la ONU alerta sobre la contaminación del agua en Gaza como una “bomba silenciosa”

Un relator de la ONU advierte de que la contaminación del agua en Gaza es “una bomba silenciosa”

MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) –

El relator especial de la ONU para los Derechos Humanos al agua potable y saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo, ha advertido que la contaminación del agua en la Franja de Gaza es una “bomba silenciosa con menos visibilidad que aquellas que destruyen edificios”.

“Israel ha bloqueado el 70 por ciento de los materiales de doble uso necesarios para construir y operar plantas de tratamiento de aguas residuales, impidiendo un tratamiento adecuado de las aguas residuales y provocando una progresiva contaminación fecal de las aguas subterráneas”, señaló en una conferencia de prensa.

Arrojo-Agudo mencionó que la población en Gaza vive con un promedio de 4,7 litros de agua por persona al día, cuando la media para las “necesidades diarias” es de 100 litros. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se necesitan al menos 15 litros diarios para sobrevivir en situaciones de emergencia.

Además, el agua accesible “suele estar contaminada con materia fecal”, lo que causa “graves problemas de salud, especialmente en niños”. “La falta de agua potable ha derivado en 1,7 millones de casos de enfermedades infecciosas, principalmente diarrea, disentería y hepatitis A”, agregó.

El relator destacó que la población de Gaza –con 1,7 millones de personas desplazadas– se ha visto obligada a extraer tres veces más agua de la que recibe naturalmente el acuífero, lo que, durante el bloqueo de una década y media, ha provocado intensa intrusión marina y salinización.

Por otro lado, mencionó la “militarización del agua” en Cisjordania y las políticas de “apartheid territorial”. “No tienen acceso al río Jordán y no pueden construir pozos ni infraestructura hídrica en sus propias tierras”, añadió.

También resaltó que los palestinos de los territorios ocupados tienen solo 70 litros diarios –en las zonas rurales llegan a los 20– en comparación con la población israelí, que tiene un promedio de “cuatro veces más” y los colonos, que usan 18 veces más agua para sus cultivos y piscinas.

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